Según Federico Pannier (1976) la fisonomía de los manglares en el Delta tiene aspecto de bosque cerrado, homogéneo donde predomina la Rhizophora recemosa de troncos r4ectos hasta de hasta 40 metros de altura, mientras que los manglares Centro Orientales y Occidentales son más heterogéneos y bajos e integrados por el Rhizophora mangle, pequeños y ramificados que no superan los 8 metros de altura.
Las especies de manglares dependen de la topografía y naturaleza física de los suelos y su aspecto está determinado por la frecuencia de mareas, fluctuaciones de salinidad del suelo y por el movimiento turbulento de las aguas.En nuestras costas se distinguen los siguientes tipos: 1) manglares de ensenada, que crecen tierra adentro, alejados de la costa pero comunicados permanentemente con el mar, sus troncos son retorcidos y abundan las ramificaciones y raíces aéreas; 2) Manglares ribereños, crecen a lo largo de las riberas de la desembocadura de los ríos, son afectados por las fluctuaciones de mareas que ocasionan cambios de salinidad, muestran exuberante crecimiento, con grandes alturas, troncos rectos y pocas raíces aéreas; 3) manglares de franja, bordean bahías abiertas e islas, reciben directamente la acción del oleaje y son bastante heterogéneos, y 4) manglares de lavado periódico, ocupan los sitios más expuestos en la línea costanera frontal al mar, se reconocen por sus suelos desnudos, desprovistos de hojarascas, alta homogeneidad florística y solamente la presencia del Rhizophora mangle.
El manglar ofrece a la vida de los animales una serie de micro ambientes particulares, que se extienden desde el estrato formado por la copa de los árboles hasta la superficie del suelo y el ambiente acuático de las ensenadas, donde habitan moluscos gasterópodos como Littorina angulífera y varios cangrejos que hacen vida larval en el mar. Entre las aves hay numerosas especies y destacan el cormorán, martín pescador, águila marina, diversos géneros de palomas, pájaros carpinteros y corocoras.Los anfibios y reptiles son comunes y destaca la presencia del género Caimán en las zonas estuarinas.Entre los mamíferos se cuentan diversos géneros de monos, ratones y murciélagos, gasterópodos y crustáceos, abundando los cangrejos de los géneros Uca y Cardiosoma.La diversidad de peces es notable por cuanto escogen los manglares como lugar de ovulación. Sin embargo, la proliferación de insectos es quizás la característica más resaltante de la vida animal del manglar. Los géneros Anopheles, Aedes y Culex, mosquitos patógenos, han sabido adaptarse muy bien a las condiciones del sustrato salino. Otros insectos como abejas, hormigas, arañas, ciempiés, y luciérnagas forman parte dominante de la fauna del manglar.En fecha reciente se ha señalado la presencia de pequeños escarabajos de los géneros México y Martinius que hacen su ciclo de vida competo en el manglar.Un cálculo aproximado de las especies animales se encuentran integradas al manglar arroja la cifra de las mil doscientas.
Además del excelente tipo de madera pesada, resistente al ataque de los insectos, que lo hace apto para su utilización como postes, durmientes y maderas de construcción, esta especie ofrece en su corteza una preciada fuente de taninos para la industria de curtientes de cuero.Su madera provee un excelente carbón de propiedades absorbentes muy preciado en la industria química para la preparación de solventes orgánicos.
Los arrecifes coralinos
Dentro del mundo de seres vivientes dispersos en las inmensidades marianas hay un tipo de fauna característica que habita en los fondos tanto costeros como oceánicos y forma parte de la vida bentónica: los corales; organismos ubicados dentro de los Antozoos, división de la rama de los Celenterados, de construcción simple, con una estructura y función mucho más primitiva que todos los demás seres del reino animal.
Hasta fines del siglo pasado, la naturaleza del coral permanecía en el misterio.Siempre se los había considerado como vegetales por su extraordinaria semejanza con ellos.No fue sino en 1744 cuando el francés Jean André Peyssonnel, después de largas observaciones en la costa de África Oriental, constató que “las flores del coral” eran pequeños animales.
En las zonas bajas y litorales, la vida crece y florece como en ninguna otra región del mar y es donde se presentan estas criaturas tan primitivas, aparentemente inertes y de una gran brillantez de colores.En el mundo coralino todo es vida y movimiento, luminosidad y colorido, formado por una infinidad de formas variadas y en donde se producen asociaciones extraordinarias de seres vivientes que se instalan a su alrededor.
Así lo expresa la investigadora Evelyn Zoppi de Roa (17), quien además señala que los corales están formados por unos organismos llamados pólipos. La comunidad coralina se inicia con la fijación de diminutas larvas ciliadas (plánulas) que flotan en el agua hasta alcanzar un sustrato duro.Una vez fijadas se transforman en pólipos, pequeños animales parecidos a una anémona de mar, con tentáculos y cuerpo gelatinoso que producen un esqueleto calcáreo externo y se dividen dando origen a otros pólipos que a su vez secretan más esqueleto calcáreo y se subdividen hasta producir una colonia masiva de varios metros de diámetro. En algunos casos, en aguas someras, los corales crecen hasta la superficie del agua.Con el transcurso del tiempo, a medida que los corales van muriendo, estas superficies son cubiertas por algas calcáreas o bien son recolonizadas por nuevas larvas de coral. Si esto ocurre durante varios siglos sobre grandes extensiones, se producen los arrecifes coralinos.Pero, no todos los corales toman parte en la construcción de los arrecifes.Entre ellos existen formas solitarias que viven a profundidades mayores de 25 a 40 metros, de gran densidad, que se extienden por varios kilómetros y responde a las irradiaciones de los rayos ultravioletas por su magnífica fosforescencia.
Siguiendo con los planteamientos de Evelyn de Roa, para explicar el origen de las diferentes formas de arrecifes, se han emitido teorías que han provocado mucha controversia.Una de ellas es la que señala que se han formado por un lento hundimiento del fondo de los océanos, ocurrido en algunas regiones durante las eras geológicas, conocida como la “Teoría de la subsistencia”.Lo que si es cierto es que el crecimiento y proliferación de los corales se produce solamente en las capas superficiales del agua donde penetra en forma permanente y continua la iluminación y es en consecuencia donde se origina la colonización.Además de la dependencia de la luz, necesaria para la fotosíntesis de las algas que viven simbióticamente en los tejidos del coral, los arrecifes requieren de otros factores como la temperatura, que no debe ser menor de 20º C, siendo ideal entre 25 y 3’º C; sedimentación mínima; aguas limpias, oleaje permanente, oxígeno y salinidad normales del agua oceánica.Estos factores han restringido esas formaciones a un cinturón que está delimitado por os Trópicos de Cáncer y Capricornio y solamente en el lado Este de los continentes, entre los 30º Norte y 30º Sur del Ecuador.
La coloración delicada y brillante de los corales vivos es debida al tipo de alga unicelular que vive en simbiosis en el interior de los pólipos incoloros; estas algas producen oxígeno en los procesos de fotosíntesis que son indispensables para el crecimiento del coral; se dice que la masa del coral no puede vivir sin las algas, por lo que también se les llama “arrecifes orgánicos”.
Aparte de estas algas, hay un inmenso número de otros organismos que ayudan a la formación de los arrecifes, ya que proveen una situación ideal para el desarrollo de gran variedad de formas.Al lado de los peces que viven en sus cercanías, hay otras especies inmóviles, entre ellas las esponjas de color amarillo, que aparecen aisladas en pequeñas áreas entre los arrecifes.Otros invertebrados que destacan son los cangrejos, los moluscos en gran variedad y lo nudibranquios, las arañas de mar, las langostas, los cirrepedios, las medusas y los erizos.La alimentación es tan diversa que el desperdicio es prácticamente nulo.
Los arrecifes coralinos son las comunidades marinas de aguas someras más extendidas en el planeta. Abarcan en todo el mundo alrededor de 190 millones de kilómetros cuadrados, un área casi 20 veces mayor que la que ocupa Europa. Aunque los corales se desarrollan ampliamente en las aguas tropicales de poco plancton y bajo contenido de nutrientes, el arrecife coralino constituye uno de los sistemas de más alta productividad biológica.
Los corales alcanzan poco desarrollo en aguas turbias o que contienen grandes cantidades de sedimentos de origen continental.Ello puede explicar el empobrecimiento de diversidad de corales en el oriente venezolano, influenciadas sus aguas por los aportes del Orinoco, mientras que en las costas occidentales y centrales del país existen excelentes condiciones para el desarrollo de arrecifes.Resaltan los del Estado Falcón, comprendidos entre Chichiriviche y Tucaras. Entre Puerto Cabello y Cabo Codera hay formaciones madrepóricas de variadas formas, los principales son los de Bahía de Turismo, Ciénaga de Ocumare, Ensenada de Cata y los de Chichiriviche del Distrito Federal hasta Chuspa y Chirimena.
Hacia la parte oriental destacan los arrecifes de Bahía Mochima y los de Cumaná, en donde la Universidad de Oriente tiene interesantes experimentos de colonización a partir de la siembre de bloques de concreto.Mención especial merecen los arrecifes cercanos a las islas venezolanas: Los Roques y Las Aves.El primero de ellos da origen a una laguna semejante a la de los atolones del Pacífico.Asimismo, encontramos arrecifes en La Blanquilla, La Orchila e Isla de Aves.
Según Introducción a la Ciencia del mar.
Meadows PS y JI Campbell
Zaragoza España
El agua de mar tiene un pH normal de 8.0 a 8,3 y a este nivel contiene principalmente bicarbonato (HCO3).Los ácidos débiles, como el carbónico (H2 CO3) y el bórico (H3 BO3), con sus productos de disociación, convierten el agua de mar en un tampón (buffer) bastante bueno. Si se añade un álcali fuerte (NaO H), se disocia más ácido carbónico y bórico, y el pH se mantiene constante hasta que se gastan por completo estos ácidos.Si se añade un ácido fuerte, tiene lugar un fenómeno inverso.Los límites del pH del agua de mar son 7,6 y 8,3.Es difícil medir el pH a causa de los efectos de la temperatura y la salinidad.El aumento de temperatura y de presión alteran las constantes de disociación del ácido carbónico y provocan un descenso del pH.
Por: Omaira Fermín
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