Existencia de Médanos cuaternarios en los llanos del Orinoco entre Venezuela y Colombia
Jean Tricart (1975) Revista del Instituto Geográfico Agustín Codazzi año IV Volumen V N° 1. Bogotá. Colombia.
Transcripción del original en papel al digital por la Br. Milka Guarenas
Existencia de Médanos cuaternarios en los llanos del Orinoco entre Venezuela y Colombia
Se ha comprobado desde hace muchos años la importancia de las oscilaciones climáticas cuaternarias en África Occidental y sus consecuencias sobre varios rasgos del medio natural. En la parte intertropical de América del Sur, los conocimientos permanecen todavía mucho más inciertos. La existencia de cambios climáticos ya ha sido comprobada por intermedio de varios estudios geomorfológicos en Venezuela, Colombia y Perú y por análisis de polen de H. Vander Hammen en la propia Sabana de Bogotá. Pero todavía, estamos en una fase preliminar de reconocimiento. Por eso, el descubrimiento de un extenso campo de médanos cuaternarios en los Llanos del Orinoco ofrece un cierto interés. Empezaremos por describirlo y en la segunda parte pondremos de evidencia su importancia paleoclimatológica.
I- Características del Campo de Medanos:
Los Llanos del Orinoco están integrados por una serie de comportamientos con varios grados de hundimiento. El área de mayor subsidencia se encuentra en Venezuela, en los Llanos del Apure, al sur del Río Apure, hasta las cercanías del Río Juripe en Colombia. Toda esta extensa región está recubierta por sedimentos del cuaternario.
Más al norte a poca distancia del Río Apure, alrededor de Calabozo, se encuentran depósitos del Plioceno y del Mioceno, como consecuencia de un menor hundimiento. Lo mismo ocurre en Colombia al sur del Río Tuparoro donde se inicia una región ligeramente disectada, en la cual los valles son bien definidos y cortados en una superficie plana de poca elevación. Parece integrada por formaciones arcillolimo-arenosas. El Río Vichada ofrece un típico ejemplo de aquellos valles nítidamente cortados.
El contacto entre el área de mayor hundimiento y sus márgenes no es brusco, sino más bien de tipo transicional. Las acumulaciones cuaternarias recientes se acuñan sobre el substrato terciario que desaparece en la profundidad.
En las áreas de subsidencia cuaternaria, se han depositado materiales aluviales originados de los Andes y de la Cordillera Oriental, las cuales son una abundantísima fuente de detritos como consecuencia de su intensa disección. Una selección granulométrica es originada por el arrastre. En promedio las fracciones gruesas, cantos rodados y arenas, predominan al pie de las cordilleras mientras que las partículas más finas, limos y hasta arcillas, son más abundantes en las áreas más lejanas. Esa disposición es más notable en las extensas acumulaciones cuaternarias alrededor de San Martín (Meta). Pero, durante el cuaternario, los Andes han sufrido cambios climáticos de importancia, los cuales han originado una alternación de períodos de intensa producción de materiales detríticos y otros de menor actividad, como puede comprobarse por la existencia de terrazas aluviales bien desarrolladas en casi todos los Valles. Durante los períodos de abundante suministro de detritos, han llegado a los Llanos mayores cantidades de material grueso, el cual se ha depositado hasta muy lejos de sus cordilleras. Durante la última glaciación (Wurn=Wisconsin), desparramaderos arenosos se han edificado hasta el Río Orinoco, en áreas donde en el presente se acumulan materiales finos por decantación en las extensas llanuras inundables. Los Llanos del Apure (Venezuela.). (1).
Las condiciones que acabamos de recordar permiten entender las características y la extensión del campo de médanos, estudiada una parte en el terreno y otra en las imágenes multispectaculares del Satélite ERTS. (2).
Los médanos son en su mayoría de tipo longitudinal y alargados paralelamente entre sí. En la parte central del campo, ellos llegan a 1 kilómetro de ancho, a veces hasta 1,5 kilómetros. Las cresta pueden observarse sin interrupción notable a lo largo d 5 o 10 kilómetros. Su orientación cambia paulatinamente desde N 60° E al S.E. de San Fernando de Apure hasta N 30-35° E a lo largo del R. Juripe. La disposición arcada de las demás es bien nítida sobre las imágenes 1086-14-194 (7) del 17 de octubre de 1972 y 1194-14-201 (7) del 2 de febrero de 1973. más cerca de la Cordillera, a lo largo del curso medio del Río Meta, la orientación vuelve a ser N 50° E (fajas del médanos al sur de los caños El Piñal y Vuelta Mala, imagen 1088-14-314 (7) del 19 de octubre de 1972).
Principalmente en las márgenes del campo, aparecen otros tipos de médanos. Al sur y suroeste de San Fernando de Apure (Venezuela), se observan depresiones en forma de medias lunas, puestas en evidencia por su inundación durante el invierno. Ellas han sido originadas por fenómenos de deflación localizados, los cuales se llaman “caondeyrisation” en francés. Esto caracteriza un área de donde el material es arrastrado, un área de barlovento; que coinciden con el extremo NE del campo de dunas. En ese sector los médanos son pequeños y mayormente del tipo parabólico. Las dunas longitudinales aparecen en dirección del SW, más al interior del campo, a veces en asociación con algunas barkhanas en el sector transicional.
En Colombia, en el borde S y SW del campo, los médanos longitudinales pasan a dunas arcadas de tipo parabólico. Pueden medir hasta 5 o 6 kilómetros de punta a punta. Sus puntas siguen a continuación las crestas de dunas longitudinales típicas. Es típicamente una disposición de condiciones de sotavento, que se caracteriza por una tendencia de la arena a moverse afuera del área de alimentación. Esas dunas parabólicas ponen en evidencia una ligera invasión de las arenas eólicas en un ambiente desfavorable para la formación de médanos. En efecto, se trata de la superficie plana, con una débil incisión de los valles fluviales, por ejemplo, al sur del curso inferior de los caños El Piñal y Vuelta Mala (imagen 1088-14-314 (7) del 19 de octubre/72), al sur del río Vita (Imagen 1086-14-194 (7) del 17 de octubre de 1972), a lo largo del río Tuparoro (Imagen 1194-14-203 (7) del 2 febrero de 1973), al S del caño Agua XXXXX (Imagen 1177-14-253 (7) del 16 de junio de 1973) y del río Cinacuro, Venezuela (foto 1194-14-201- (7) del 2 de febrero de 1973).
La extensión del campo de médanos depende de dos factores:
- El modelado: Las llanuras aluviales no oponen obstáculos a la acción del viento y favorecen la edificación de formas características, cuando los valles acortados perjudican la movilización de la arena y su arrastre.
- La litología del material: Solo la arena bien lavada se presta bien al arrastre eólico. Mezclada de limo y/o de arcilla, ella ofrece una resistencia que paraliza la deflacción. El sustrato de las llanuras ligeramente disectadas, no ofrece formas eólicas por eso. En las márgenes del campo de médanos, pueden observarse con frecuencia, pequeñas extensiones de dunas a lo largo de las llanuras aluviales, del lado de sotavento o, al S o SW, por ejemplo a lo largo de los cursos inferiores de los caños el Piñal y Vuelta Mala (Imagen 1088-14-314 (7) del 19 de octubre de 1972).
En las áreas de desparramaderos, cerca de la Cordillera, el material es demasiado grueso para que la deflación sea intensa: faltan las formas de médanos. En las partes muy lejanas hay demasiadas partículas finas y la deflación es débil: las dunas se tornan gradualmente menores, menos típicas y más escasas. La combinación de esos dos factores explica la localización general del campo de médanos de los Llanos del Orinoco, pero para mejor entender su diseño, debe tomarse en cuenta otro factor más.
Las dunas han sido parcialmente sepultadas en todo el área subsidente, por una acumulación aluvial posterior, la cual sigue actuando en el presente. En los Llanos del Apure, se trata de una consecuencia del levantamiento del nivel marino por la transgresión flandriana. Los médanos se han formado durante la regresión pleflandriana, cuando el Orinoco se encontraba a una altura inferior a la actual como consecuencia de un nivel oceánico deprimido por la última glaciación. En los sitios donde las dunas eran pequeñas, como es el caso en la parte aguas debajo de los desparraderos, ellas han podido desaparecer más fácilmente por ser enteramente sepultadas. Es lo que se observa en la parte oriental de los Llanos del Apure, a lo largo del curso inferior del Río Arauca.
Más cerca de la cordillera, el material más grueso ha sido desfavorable a la formación de los médanos. Además, la acumulación aluvial se ha mantenido más violenta y más rápida, de tal manera, que las dunas que habían podido edificarse han sido borradas y sepultadas; los límites actuales del campo de médanos están algo más al Este que los límites originales. Las dunas destruidas pueden observarse mejor en las fotografías de infra-rojo tomadas en verano: la arena que las integran es mucho más seca que los aluviones vecinos, los cuales ofrecen, por su mayor proporción de partículas finas, una capacidad de retención más alta (por ejemplo, imagen 1777-14-253 (7) del 16 de junio de 1973).
Los límites del campo de médanos, como hemos podido establecer a partir de las imágenes del satélite ERTS-A son los siguientes: En Venezuela las dunas aparecen entre el río Apure y el río Arauca y, más al oeste, sobre la orilla meridional del río Capanaparo, a los 7° Lat. N. (foto 1194-14-201 (7) del 2 de febrero de 1973). En Colombia, el límite del campo de médanos se ubica aproximadamente a 250 kilómetros WsW de Puerto Carreño, a los 5° 20’ Lat. N. Y los 70° W y llega hasta los 6° 30N., no más al sur delcaño Agualinda, bajo la forma de dunas parabólicas que invaden una superficie plana ligeramente disectada. Puedenobservarse en el mismo tipo de modelado sistemas de dunas que se alejan hacia el Sur sobre unos 50-60 kilómetros a partir del curso inferior del río Casanare y, sobre distintas menores al sur de los caños del Pero y Aguaclara (imagen 1177-14-255 del 16 de junio de 1973). Aparece claramente que la extensión del campo de médanos en esa región no es de origen climática sino más bien fisiográfica.
El mismo factor hace que no se observen dunas a lo largo del Río Vichada: las que llegan lo más lejos en dirección del Sur se encuentran a lo largo del Río Tuparoro. Son pequeñas, como consecuencia de una alimentación arenosa deficiente (imagen 1194-14-203 del 2 de febrero de 1973).
Los médanos llegan hacia el oeste, hasta el curso inferior del caño Vuelta mala, a lo largo de su orilla meridional, sobre 50 Km. de distancia y con la misma disposición, a lo largo de los 40 Km. cercanos de confluente del Caño El Piñal (Sic). (fig.....). El mayor desarrollo de las dunas se observa en Colombia, al sur del Río Meta, a lo largo del Río Juripe.
II- Significado de estos Fenómenos Eólicos:
Este extenso campo de médanos es una importante característica del medio natural de los llanos del Orinoco. Las dunas ofrecen sitios protegidos contra las inundaciones, lo que es especialmente favorable en el área de fuerte subsidencia. Ellas han sido aprovechadas, principalmente en los llanos del Apure para la colonización las haciendas y las viviendas las usan de preferencia a los albardones, que ofrecen generalmente una seguridad mayor. El ganado se agrupa sobre los médanos durante la larga inundación. Allá encuentran sitios para acostarse, pastos secos y una protección contra las fieras y las babillas. Pero eso trae como consecuencia una degradación de la vegetación, principalmente por el pisoteo y el sobrepastoreo lo que permite frecuentemente, una reactivación de los procesos eólicos.
Los médanos altos, longitudinales, por su orientación foto N° 7 NE-SW, forman por otra parte importantes obstáculos para el drenaje. Los ríos que corren aproximadamente del Este hacia el Oeste, deben cruzarlos y lo hacen con mucha dificultad, por falta de pendiente. No se llega a la misma situación que en el medio Níger entre Mopti y Timbuktu, en el Mali, donde existen lagos represados por dunas y cuyas aguas se pierden en parte a lo largo de difluentes, pero el obstáculo de las dunas perjudica el drenaje y acentúa el carácter palustre de una parte de los llanos. Un ejemplo típico de esos fenómenos es ofrecido por el río Juripe, al sur del Meta (foto 1086-14-194 del 17 de octubre de 1972).
Pero aún más importante es lo que esos médanos significan desde el punto de vista paleoclimático. Esas dunas longitudinales son muy parecidas a las que cubren inmensas superficies en África desde Sudan, en las cercanías de Khartum, hasta el Océano Atlántico, en el Senegal y en Mauritania, entre 10-11 y 17° de latitud. Ellas son también cuaternarias y una parte importante de ellas ha sido modelada durante la regresión preflandriana, como en los Llanos del Orinoco. En ambos casos, los campos de médanos son huellas dejadas por climas más secos que los actuales.
En los Llanos del Orinoco, las dunas se han formado sobre desparramaderos, durante un período de abundante suministro de detritos. Eso implica un régimen de los ríos bien diferente del presente, con una escorrentía discontinua, caracterizada por la sucesión de crecidas violentas y bruscas y de períodos de caudales muy bajos, en resumen, un régimen mucho más torrencial aún que en el período actual. Además, para que pudiera actuar la deflación, era necesario una cobertura vegetal muy pobre, abierta, de tipo subárido, por lo menos completamente distinta de las formaciones vegetales de las llanuras inundables del presente. Estas condiciones explican también las características de las acumulaciones aluviales que se han edificado durante el último período glaciar y que forman la terraza baja de los valles de la Cordillera Oriental y de su piedemonte.
La orientación de las dunas longitudinales y la dirección de arrastre de la arena deben atribuirse a los vientos alisios, como en África. Eso nos indica para ellos, un potencial morfogenético bien superior al presente, probablemente por una mayor frecuencia a lo largo del año posiblemente, además, por una mayor fuerza, pero ellos, por otra parte, han afectado regiones muy meridionales, hasta los 5° 20’N. La intensidad de los vientos alisios y su extensión hasta muy cerca del Ecuador implica importantes cambios en la circulación atmosférica. Eso no es nada extraño si recordamos la extensión de los glaciares XXXXXXXXX hasta Chicago y New Yorky lo emitimos como es la regla, la presencia de un sistema de altas presiones atmosférica sobre el hielo. Ya hace varios años que hemos formulado la hipótesis de cambios de circulación atmosférica y en las trayectorias de los ciclones tropicales para explicar ciertos aspectos geomorfológicos de los Andes Venezolanos. La existencia de condiciones semi-desérticas el los Llanos del Orinoco durante el Wurn Wisconsin es otro elemento más para tomar en consideración.
Esas condiciones semi-desérticas ayudan a explicar varios rasgos geomorfológicos de los Llanos Orientales de Colombia, en sus partes más meridionales.
Al este y sureste de San Martín (Meta), entre Puerto López y Puerto Lleras, las formaciones del terciario superior. Integradas por arcillas, arenas y areniscas ferruginosas, en capas muy delgadas son intensamente disectadas: solamente permanecen restos de planalto muy angostas y alargados entre una red muy densa de valles y vallecitos bien cortados, con vertientes de 10-20°. A veces, los restos de planalto están cortados en pequeños cerros, también con pendientes fuertes. Un reconocimiento realizado con una Comisión de la Dirección Agrológica del IGAC, nos ha mostrado, sobre esas pendientes, una capa de 0,2-0,3 m. de grazon ferruginoso, concentrado en forma de pavimento por una intensa escorrentía del agua.
En la parte inferior de las vertientes, aparecen formaciones coluviales de color gris-pardo, con huellas de edafización anterior a su arrastre. Ellas, con frecuencia están asociadas a formas de explanadas (glacis) cuya parte baja es cortada bruscamente por los talvegues. Esas formas y formaciones son parte de un paleo-modelado, cuya evolución actual bajo sabana, es distinta y permite la formación de nuevos suelos. Ese paleo-modelado es una reliquia dejada por condiciones climáticas recientes más secas. Consideremos como altamente probable que ellas coinciden con el período de formación del campo de médanos de los Llanos del Orinoco. En la Amazonia Brasileña, en la región de Obidos y de Santarem, hemos observado sobre los mosaicos de radar del proyecto RADAM (3), el mismo tipo de disección intensa, muy fina, en formaciones areno-arcillosa. Ella no se ha desarrollado debajo de una Selva del tipo actual, y hemos podido datarla de un nivel marino inferior al actual, durante la ultima regresión. Las condiciones secas han, por consecuencia, afectado no solamente los Llanos Orientales de Colombia sino, además, una extensa parte de Amazonas a lo largo del Ecuador. Las fotografías de Satélite y los mosaicos de Radar nos ofrecen instrumentos para investigar el problema.
No se trata únicamente de un interés puramente científico. En efecto, ese modelado de disección ofrece óptimas condiciones para violentos fenómenos de escorrentía. El único obstáculo que se opone a ellos es la Selva; si ella se destruye, existe un riesgo muy grave de degradación rápida e intensa del medio natural, con destrucción de los suelos y acumulaciones de materiales estériles en las vegas. Es un aspecto que debe tomarse en consideración cuando se elaboren planes de colonización en los Llanos Orientales de Colombia y en la Amazonia Brasileña.
Conclusión:
Está confirmada la amplitud de los cambios climáticos cuantenarios en el Noroeste de América del Sur. Ellos han actuado hasta un pasado muy reciente. Como en América del Norte, como en África Occidental, como en Europa, el Holoceno, muy corto (aproximadamente 10.000 años, no más), se caracteriza por climas poco diferentes de los presentes. Al contrario, el periodo anterior se define por condiciones bien distintas con temperaturas más bajas que han permitido una extensión mayor de los glaciares, con otros patrones de circulación atmosférica, con mayores contrastes y más brusquedad en las manifestaciones climáticas, como también una disminución de la humedad, consecuencia de las temperaturas más bajas frenando la evapotranspiración.
Esos cambios climáticos han influenciado profundamente el medio natural: los proceso morfogenéticos y el modelado, la pedogénesis, la biocenosis. Los Llanos del Orinoco ofrecen un ejemplo muy demostrativo de esas modificaciones. Las características geomorfológicas traducen claramente esos cambios. Ellas pueden generalmente observarse con una suficiente claridad por intermedio de los medios de teledetección. Las imágenes del Satélite ERTS-A y los mosaicos de radar permiten la identificación de los tipos de modelado característicos y tornan mucho más rápido el estudio de su repartición para un personal cabalmente entrenado. Así se justifica el método adoptado por la Dirección Agrológica del I.G.A.C., el cual consiste en basar el estudio edafológico sobre un conocimiento geomorfológico previo.
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