Caracas.- El Arauca vibrador constituye una de las referencias de la nacionalidad desde que el Alma llanera, convertida en el segundo himno patrio, inmortalizó esta ribera del río como un símbolo del ser venezolano. No obstante, a partir de un punto de su díscola trayectoria –desde la llamada fuga de Bayonero- el río Arauca ya no vibra tanto como antes. Y, según expertos, cada día sus vibraciones serán más débiles, a menos que se acometan cuantiosas y urgentes inversiones en obras hidráulicas de gran magnitud.
A través de la fuga de Bayonero, un verdadero boquete en el cauce del Arauca, se está escurriendo casi la mitad del volumen total de agua de esta corriente fluvial, que durante un largo tramo sirve de límite natural entre Colombia y Venezuela.
Las aguas fugadas van a alimentar una red fluvial totalmente navegable mediante la cual las autoridades colombianas esperan resolver los problemas de comunicaciones de la extensa zona de los llanos, un proyecto mucho más rentable que la construcción de carreteras.
Mientras a Colombia le trae soluciones a problemas seculares, la reducción del nivel del Arauca, aguas debajo de Bayonero, acarrea a Venezuela dificultades de todo orden:
*Limitación de la navegabilidad del río, con serias consecuencias económicas y de defensa.
*Reducción del agua disponible para riego y consumo en la zona fronteriza, con los consiguientes perjuicios para las actividades productivas tradicionales de la región como la ganadería.
*En verano queda eliminada la barrera natural que forma el río para la acción de los grupos irregulares colombianos y los cuatreros, quienes pueden cruzar la corriente a pie o a caballo. De este modo, aumenta la vulnerabilidad de la zona, en la que se encuentra importantes asentamientos de la industria petrolera.
*los problemas ambientales derivados de los cambios de cursos y las deforestaciones han hecho cada vez más descontrolados el régimen de crecidas del río en invierno, razón por la cual ha causado grandes inundaciones en los últimos años, amenazando zonas pobladas como El Amparo y la región de pozos petroleros de Corcoven.
Un problema de medio siglo Según Dante Fontana, miembro de la Comisión Presidencial de Asuntos Fronterizos, el problema de Bayonero se remonta históricamente unos cincuentas años, cuando grandes masas de campesinos colombianos, huyendo de la violencia generada en las principales ciudades tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, invadieron invadieron zonas vírgenes de lo que entonces era la intendencia de Arauca, que constituían la protección natural de las llanuras colindantes, porque evitaban los desbordamientos.
Las talas y quemas y la erosión derivada de aquellas, comenzaron a alterar el curso del río, a sedimentar algunos segmentos y a ocasionar las primeras inundaciones, en la década de los 50.
En este tiempo, el caño Bayonero, como se conocía originalmente, era apenas un pequeño afluente del Arauca, cuya anchura no pasaba de los 12 metros. Se afirma que el nombre Bayonero es producto de una degeneración de apellido Vaugeón, de una familia francesa que tenía una hacienda de caña de azúcar junto al caño.
En esta zona se formó un promontorio de troncos de árboles, limo y arena, que ocasionó un cambio parcial del cauce hacia el antiguo afluente. Una parte del agua formó un brazo que retornó al Arauca, de tal manera que apareció una isla, llamada Romareña, que pertenece a Colombia.
Desde entonces ha estado presente el riesgo de que todo el río Arauca cambie definitivamente su curso y se interne en territorio colombiano, pero este peligro sólo fue entendido muchos lustros después por las autoridades venezolanas.
Una draga remonta el Arauca Además de la naturaleza que obligaba al río a cambiar de curso, fontana agrega un factor coadyuvante: el proyecto del Gobierno De Colombia de dragar el caño Bayonero para reforzar la tendencia a la fuga del Arauca. De esta manera obtendrían una vía rápiday barata de comunicación con el departamento del Meta y controlarían las inundaciones que afectaban unas 300 mil hectáreas aledañas.
En 1976, Colombia compró una draga holandesa, la bautizó con el nombre de Carabobo y la condujo a la zona remontando el Orinoco y elArauca. No obstante, el ambicioso proyecto de interconexión fluvial Bayonero-Meta, no pudo concluirse porque el tema fue planteado públicamente en Venezuela y originó un serio roce diplomático, en virtud de que se estaba violentando el acuerdo el año 1928 relativo a los ríos que fungen de frontera entre Colombia y Venezuela.
El incidente fue subsanado cuando los dos países acordaron realizar labores conjuntas de dragado, pero sobre el cause del Arauca viejo con la finalidad de restablecer el curso cuya vaguada sirve de línea fronteriza.
Fontana indica que el acuerdo fue improvisado y desventajoso para Venezuela, que acepto dragar 22 de los 33 kilómetros del cause (desde los angelitos hasta las gaviotas), mientras Colombia sólo se encargo de 11 (desde las gaviota asta el rubí). Además se acordó que todo el material retirado del fondo del rió seria depositado del lado colombiano, que podría aprovecharlo comercialmente pues, como se sabe, es útil para la construcción y otras industrias.
No se efectuaron estudios sobre el sistema hídrico y las precipitaciones en las cabeceras, por lo que los trabajos iniciados provocaron desbordamientos hacia una zona próspera de ganadería en la ribera venezolana, causando enormes pérdidas que no fueron indemnizadas por ningún organismo. La draga colombiana, adicionalmente, no era apropiada para operar en un río como el Arauca, pues había sido construida para dragar lagos y, en un año sólo cubrió 300 metros para luego quedar paralizada en 1978, señalo el comisionado.
Al cesarla labor de la draga Carabobo, las operaciones destinadas al restaurar el curso original del Arauca quedaron a cabo exclusivamente de la parte venezolana, que según los cálculos realizados entonces, tardarían 10 años y requeriría cientos de millones de bolívares en completar el tramo de 22 kilómetros.
Las operaciones de dragado, responsabilidad del Instituto Nacional de Canalizaciones, fueron realizados primero por la draga Arauca y luego, a partir de 1980, por la Berrío. En vista de que la labor resultaba infructuosa, en 1986 se incorporaron las dragas Santas Lucía y Esequibo y luego hasta cuatro embarcaciones más. En 1987 se decidió reformar el plan de trabajo porque continuaba sin producir resultados y en 1990, siguiendo las recomendaciones del Laboratorio Nacional de Hidráulica del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables, se opió por realizar otro tipo de trabajo de ingeniería para buscarle una solución al problema. Los trabajos consistieron en grandes movimientos.
Hoy, según cálculos de los conocedores del río, más de la mitad del agua se dirige hacia el caño, dejando al Arauca Viejo en tal estado que en la estación seca, hasta pequeñas lanchas se quedan varadas al tratar de navegarlo. Su cauce tiene aproximadamente la cuarta parte del ahora principal curso, el de Bayonero.
Un problemamayor con escasa prensa La fuga de Bayonero es un tema recurrenteen lasreuniones bilaterales colombo-venezolanas, en susdiversos niveles. En la Comisión Negociadora para la Delimitacion de Áreas Marinas y Submarinas del Golfo de Venezuelay otrostemas con Colombia, este aspecto se encuentra incluido dentro del sector de las Cuencas Hidrográficas Internacionales. Tambiénforma parte del temario habitualde las reuniones de las comisiones presidenciales de asuntos fronterizos.
Losdiplomáticos venezolanos aseguran que en este, como en varios otros ítems, “las autoridades colombianas hablan mucho y hacen poco” y le atribuyen tal conducta al hecho de que la fuga constituye un problema únicamente paraVenezuela, mientrasque paraColombiaes un armade negociación en el contexto de una relación enel que hayvariofocode tensión.
Unaltofuncionariode la Cancillería expreso el problema de la fuga es mucho mas importante que muchosotrosque cuentan con unaalta sensibilidad de la opción publica. Sin embargo, hatenidomuy pocaprensa entre otrasrazonesporqueesazonade la fronterasolo alcanzan grandestitularescuando ocurren hechosviolentoscomo secuestrosy agresiones guerrilleras. “Es un problemade gran magnitudque tieneque vercon la seguridad del estado, la soberanía territorial, el equilibrio de grandes ecosistemas y la supervisión económica de unaenormeporción de territorios nacionales, pero ya quisieran susdenunciantes haber tenido aunquefuerauna migaja de la atención que se le hapresentado al diferendo por lasaguasdel golfo de Venezuela”, dijoel diplomático.
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